La Cartuja de Santa María de la Defensión
Experiencias
La Cartuja de Santa María de la Defensión
Jerez de la Frontera
La Cartuja de Santa María de la Defensión fue levantada en la segunda mitad del siglo XV, y es, posiblemente, el edificio religioso de mayor valor artístico de la provincia de Cádiz. Son de gran interés su pórtico grecorromano atribuido a Andrés de Ribera, así como la capilla de Santa María de la Defensión, titular del convento, el pequeño claustro gótico, el patio de los Arrayanes y los cuadros de Roelas que decoran el altar mayor de la iglesia.
El crecimiento del edificio de la Cartuja, prolongado durante los siglos, provoca la existencia de muy variados estilos arquitectónicos y artísticos, aglutinando en su interior lo mejor del Gótico, Renacimiento y Barroco de la región. En ella se conservan obras de artistas de la talla de Zurbarán, Martínez Montañés, José de Arce, Pedro Roldán o Esteve Bonet. Esta riqueza artística ocasionó que, en 1856, la Cartuja de Santa María de la Defensión se erigiera en el primer monumento de la provincia de Cádiz en ser declarado Monumento Histórico Artístico Nacional.
El origen de la Cartuja de Santa María de la Defensión tiene sus raíces en el año 1369 cuando, en el enclave conocido como El Sotillo tuvo lugar una aguerrida batalla entre cristianos y musulmanes denominada “Batalla de la Defensión”. La victoria se decantó hacia el lado cristiano gracias a la providencial intervención de la Virgen María, levantándose, en este lugar, un pequeño santuario que viene a ser, aunque muy reformado, la actual Capilla de Caminantes en el atrio de la Cartuja.
Algo más de cien años después, en 1474, el caballero jerezano Álvaro Oberto de Valeto ofrece una generosa dotación para levantar esta Cartuja, que tomó el nombre de la batalla originaria que dio lugar a la devoción a Santa María en este lugar: Cartuja de Santa María de la Defensión. En 1476 llegan los primeros monjes cartujos procedentes de Sevilla.
El primer período de estancia de los cartujos abarca desde 1476 hasta 1835, año en que se produjo un proceso de desamortización y los cartujos abandonaron el monasterio. Posteriormente, en 1948, a instancias del Arzobispo de Sevilla, los cartujos regresaron a Jerez. Estos mantuvieron su presencia hasta su salida definitiva, en el año 2001.